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— Psicólogos en Alicante

Terapia sexual

Los problemas de carácter sexual causan un alto nivel de malestar y son uno de los principales causantes de crisis cuando se circunscriben al ámbito de la pareja, si crees que éste es tu caso, no dudes en ponerte en contacto conmigo ya que tu problema puede tener solución.

Disfunción eréctil

La Disfunción Eréctil o “problema” de erección es la incapacidad mantenida para conseguir o mantener una erección suficiente que permita una relación sexual satisfactoria. 

En condiciones normales, cuando un hombre es estimulado sexualmente, las arterias de su pene se relajan y dilatan, haciendo que el flujo sanguíneo aumente considerablemente y provocando que el pene incremente progresivamente su tamaño.

A medida que esta dilatación aumenta, las venas se comprimen, impidiendo la salida de la sangre, la cual queda “secuestrada” en el interior del pene, consiguiendose la erección.

Cuando se presenta un problema de Disfunción Eréctil, y aunque exista estimulación sexual, esta erección no llega a producirse, o bien se produce pero no durante el tiempo suficiente como para mantener una relación sexual satisfactoria.

 

¿Qué es el Gatillazo?

• El término coloquial “gatillazo” se refiere a la incapacidad para conseguir una erección, en presencia de estímulo sexual, en una ocasión aislada.

• Para que un “gatillazo” sea síntoma de Disfunción Eréctil, debe repetirse con frecuencia durante al menos 3 meses

 

¿Qué es la Impotencia?

• Frecuentemente se utiliza la palabra impotencia para describir un problema de erección , pero hay que destacar que impotencia y Disfunción Eréctil no son sinónimas.

• El término “impotencia” engloba cualquier problema que impida la reproducción en un varón. Describe tanto la imposibilidad física como el sentimiento de frustración del paciente.

• La impotencia no siempre implica que se sufra Disfunción Eréctil.

• Para que un “gatillazo” sea síntoma de Disfunción Eréctil, debe repetirse con frecuencia durante al menos 3 meses

Los problemas de erección son mucho más frecuentes de lo que se piensa:

• En todo el mundo existen más de 322 millones de personas con Disfunción Eréctil

• En España, el 19% de los hombres padecen algún grado de Disfunción Eréctil (2,5 millones de hombres).

• El 52% de los hombres entre 40 y 70 años se enfrentan a este problema.

Eyaculación precoz

Es la incapacidad de controlar la eyaculación en el hombre.

Algunos autores afirman que un hombre tiene eyaculación precoz si no resiste 30 segundos (otros ponen el límite entre 30 segundos y 7 minutos) después de la penetración vaginal.

A la consulta sexológica acuden a veces pacientes que creen no tener eyaculación precoz, porque nunca eyaculan antes de la penetración. La falta de control de la eyaculación se convierte en un problema grave cuando el hombre no resiste por lo menos un tiempo razonable, es decir, lo suficiente para que la mujer quede satisfecha.

La eyaculación rápida supone una falta de disciplina corporal; en consecuencia, todo hombre puede conseguir mediante un adiestramiento adecuado que su eyaculación sea un acto totalmente voluntario.


 

¿ A qué se debe la eyaculación precoz?

En primer lugar debemos aclarar que la eyaculación precoz, no es una enfermedad. La causa, no es la edad, ni la falta de experiencia, ni la mucha excitación sexual o hipersensibilidad sexual. No se debe tampoco a lago físico, como problemas de frenillo, de fimosis, de testículos, de próstata, debilidad de un nervio o sensibilidad en el glande. Las causas de la eyaculación pueden ser muy variadas, y deberse a falta de información o preparación al iniciar las relaciones sexuales, al estado de ansiedad o inseguridad originado por otro problema sexual (como la impotencia), o a la falta de interés en prolongar el coito, a haberse convertido la eyaculación en un reflejo condicionado, etc. Por consiguiente, el diagnóstico de la eyaculación precoz no precisa análisis de orina, de sangre, de semen, ecografías, o inyecciones, ni nada parecido.
 

 

¿ Cómo controlar la eyaculación precoz?

Mucha gente piensa que la eyaculación precoz, se pasa con la edad o a medida que el hombre tiene más experiencia sexual. La realidad es que el hombre que no controla su eyaculación puede continuar así toda la vida, lo que le puede crear una gran frustración.

Cada vez que le sucede lo vive con más frustración y ansiedad, lo que indudablemente influye en la relación con su pareja. Esto es tanto más lamentable cuanto que la eyaculación precoz tiene solución casi en el 100% de los casos.

En cuanto al tratamiento, un control perfecto de la eyaculación no se consigue mediante: consejos, charlas o terapias de grupo, ni con ninguna inyección, pastilla, medicamento, pomada, cápsulas, esprais, hormonas, vitaminas o a productos farmacológicos; ni con aparatos o instrumentos sofisticados. El único tratamiento científico, serio y eficaz de la eyaculación precoz es a través de un aprendizaje mediante ejercicios y técnicas muy concretas que debe aprender el hombre, y practicar solo o con su compañera, si la tiene. Poniéndose para ello en manos de profesionales y clínicas especializadas.

Eyaculación precoz

Es la incapacidad de controlar la eyaculación en el hombre.

Algunos autores afirman que un hombre tiene eyaculación precoz si no resiste 30 segundos (otros ponen el límite entre 30 segundos y 7 minutos) después de la penetración vaginal.

A la consulta sexológica acuden a veces pacientes que creen no tener eyaculación precoz, porque nunca eyaculan antes de la penetración. La falta de control de la eyaculación se convierte en un problema grave cuando el hombre no resiste por lo menos un tiempo razonable, es decir, lo suficiente para que la mujer quede satisfecha.

La eyaculación rápida supone una falta de disciplina corporal; en consecuencia, todo hombre puede conseguir mediante un adiestramiento adecuado que su eyaculación sea un acto totalmente voluntario.


 

¿ A qué se debe la eyaculación precoz?

En primer lugar debemos aclarar que la eyaculación precoz, no es una enfermedad. La causa, no es la edad, ni la falta de experiencia, ni la mucha excitación sexual o hipersensibilidad sexual. No se debe tampoco a lago físico, como problemas de frenillo, de fimosis, de testículos, de próstata, debilidad de un nervio o sensibilidad en el glande. Las causas de la eyaculación pueden ser muy variadas, y deberse a falta de información o preparación al iniciar las relaciones sexuales, al estado de ansiedad o inseguridad originado por otro problema sexual (como la impotencia), o a la falta de interés en prolongar el coito, a haberse convertido la eyaculación en un reflejo condicionado, etc. Por consiguiente, el diagnóstico de la eyaculación precoz no precisa análisis de orina, de sangre, de semen, ecografías, o inyecciones, ni nada parecido.
 

 

¿ Cómo controlar la eyaculación precoz?

Mucha gente piensa que la eyaculación precoz, se pasa con la edad o a medida que el hombre tiene más experiencia sexual. La realidad es que el hombre que no controla su eyaculación puede continuar así toda la vida, lo que le puede crear una gran frustración.

Cada vez que le sucede lo vive con más frustración y ansiedad, lo que indudablemente influye en la relación con su pareja. Esto es tanto más lamentable cuanto que la eyaculación precoz tiene solución casi en el 100% de los casos.

En cuanto al tratamiento, un control perfecto de la eyaculación no se consigue mediante: consejos, charlas o terapias de grupo, ni con ninguna inyección, pastilla, medicamento, pomada, cápsulas, esprais, hormonas, vitaminas o a productos farmacológicos; ni con aparatos o instrumentos sofisticados. El único tratamiento científico, serio y eficaz de la eyaculación precoz es a través de un aprendizaje mediante ejercicios y técnicas muy concretas que debe aprender el hombre, y practicar solo o con su compañera, si la tiene. Poniéndose para ello en manos de profesionales y clínicas especializadas.

Eyaculación retardada y diferida

Se produce cuando el varón tiene una eyaculación excesivamente lenta o existe una ausencia total de ella.

La inhibición de la eyaculación se caracteriza por la incapacidad de eyacular dentro de la vagina a pesar de tener una erección firme y de alcanzar cotas relativamente altas de excitación. Es una disfunción bastante infrecuente, la pauta más común es la inhibición primaria de la eyaculación, es decir, el varón nunca ha sido capaz de eyacular en la vagina. La inhibición secundaria hace referencia a los varones que después de unos antecedentes normales de eyaculación coital han perdido la capacidad. Tanto en una como en otra, la persona puede por lo general eyacular mediante la masturbación o por la estimulación no coital de la pareja.

La eyaculación retardada se considera el extremo opuesto a la eyaculación precoz, ya que si bien finalmente se logra eyacular en la vagina requiere mucho tiempo y esfuerzos prolongados en la estimulación coital, siendo también a veces la excitación lenta.

Estos cuadros hay que distinguirlos de la eyaculación retrógrada, en la que el hombre tiene experiencia subjetiva de orgasmo pero sin eyaculación aparente, debido a una anomalía orgánica que consiste en el inadecuado cierre del cuello de la vejiga de la orina en el momento del orgasmo, expulsándose la eyaculación en el interior de la vejiga donde se mezcla con la orina.

También hay que tener en cuenta que pueden aparecer episodios esporádicos en los que el varón no consigue eyacular dentro de la vagina o necesita un largo periodo para conseguirlo, debido a situaciones relacionadas con la fatiga, la tensión nerviosa, una enfermedad, el exceso de relaciones sexuales en un tiempo demasiado corto o con el consumo de alcohol y otras drogas.

 

Causas Orgánicas

Los problemas de eyaculación retardada o inhibición eyaculatoria pueden deberse a factores orgánicos como lesiones anatómicas del sistema genitourinario, lesiones de las conexiones vegetativas que llegan al pene, nervios afectados durante la cirugía de próstata, lesiones de columna, enfermedades como la diabetes cuyas neuropatías alteran la sensibilidad e impiden lograr una excitación suficiente, trastornos hormonales y el consumo de fármacos y drogas que inhiben la función sexual.

En el caso de la inhibición de la eyaculación puede eliminarse el origen orgánico cuando se produce eyaculación en las relaciones no coitales.

 

Psicológicas

En cuanto a las causas psicológicas se pueden considerar factores individuales como los temores inconscientes asociados a la eyaculación, inhibición de la respuesta por la evocación de un acontecimiento negativo o trauma sexual previo, así como factores que generan ansiedad de forma específica, como la vergüenza o sentimientos de culpa y la auto-observación obsesiva del desempeño sexual (”rol del espectador”).

También son posibles desencadenantes, factores más relacionales como problemas de pareja, temor al abandono, miedo al embarazo o miedo a perder el control. Una educación sexual muy restrictiva y actitudes negativas aprendidas frente al sexo y las relaciones sexuales también pueden originar la aparición de este trastorno.

Anorgasmia

La anorgasmia femenina es la dificultad para alcanzar el orgasmo o la ausencia de este tras una fase de excitación normal, a pesar de que exista una estimulación que podría considerarse adecuada en intensidad, tipo y duración.

Antiguamente se utilizaba el término “frigidez” para denominar todos los trastornos sexuales de la mujer, desde la falta de orgasmo hasta la inhibición de la excitación sexual, pero dado lo impreciso del término y las connotaciones despectivas y peyorativas, se ha abandonado reemplazándolo por el de disfunción orgásmica o anorgasmia.

Se pueden considerar diferentes tipos de anorgasmia:

– Anorgasmia primaria, cuando la mujer nunca ha sentido un orgasmo por ningún medio de estimulación.

– Anorgasmia secundaria, cuando la mujer ha experimentado orgasmos con anterioridad, pero en la actualidad es incapaz de conseguirlo.

– Anorgasmia situacional, se refiere a aquellas mujeres que no consiguen llegar al orgasmo en determinadas situaciones o condiciones (por ejemplo pueden llegar al orgasmo mediante la masturbación pero no con las relaciones de pareja o pueden llegar al orgasmo con una pareja pero no con otra).

– Anorgasmia coital es cuando la mujer es incapaz de llegar al orgasmo durante la penetración, pero si lo consigue con otro tipo de actividad sexual como por ejemplo caricias o estimulación directa del clítoris.

Existen tres factores a tener en cuenta para que una mujer alcance el orgasmo durante el coito.

El primero es que la estimulación vaginal probablemente contribuye poco al reflejo orgásmico, siendo la estimulación del clítoris mucho más importante para este fin.

El segundo es que la intensidad de la estimulación del clítoris varía según la actividad sexual y el coito proporciona una estimulación del mismo tan suave que con frecuencia resulta insuficiente para alcanzar el orgasmo.

El tercero es que la cantidad de estimulación sexual necesaria para llegar al orgasmo es totalmente subjetiva, personal y está muchas veces relacionada con las circunstancias que rodean a la relación sexual.

La forma en que la propia mujer percibe la falta de orgasmos es determinante para que sea considerada un problema, ya que muchas veces está relacionada con una falta de estimulación adecuada (destreza y sensibilidad de la pareja), la fatiga física y las circunstancias de la actividad sexual (intimidad, oportunidad del momento, comodidad).

También hay que tener en cuenta que a veces se confunde la anorgasmia femenina con ciertos casos de eyaculación precoz de la pareja.

 

Causas Orgánicas

La respuesta orgásmica femenina puede verse alterada por muchas enfermedades crónicas graves, entre ellas se encuentra la diabetes, trastornos neurológicos, alcoholismo, estados de carencia hormonal y trastornos pélvicos. También puede verse alterada por infecciones, traumatismos o desgarros de origen quirúrgico en la zona genital, así como por fármacos antihipertensivos, las drogas y estupefacientes y los tranquilizantes.

 

Psicológicas

Entre las causas psicosociales podemos encontrar una inadecuada educación sexual que favorece sentimientos de vergüenza o culpa respecto al propio placer, el desconocimiento de la respuesta sexual femenina, así como determinados aspectos culturales y creencias erróneas sobre el derecho a experimentar placer, que han llegado a negar que la mujer pudiera tener interés o deseos sexuales, supeditando su propio placer al de la pareja.

Entre los aspectos más personales se encuentra la ansiedad relacionada con la expectativa del orgasmo y la “ conducta de espectador” en las relaciones sexuales, teniendo en cuenta que al centrar la atención en el orgasmo e intentar controlarlo, en la mayoría de los casos lo único que se consigue es inhibir la propia respuesta sexual.

También pueden estar relacionados con el trastorno las actitudes negativas hacia el sexo, experiencias sexuales traumáticas y conflictos de pareja o falta de intimidad emocional.

Aversión al sexo

Consiste en la aversión persistente o recurrente y la evitación de cualquier contacto sexual genital con la pareja. La alteración provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales.

El trastorno de aversión sexual se da raramente en hombres y con mucha más frecuencia en las mujeres. Los pacientes se quejan de ansiedad, miedo o disgusto en relación con las situaciones sexuales. Puede ser un trastorno de toda la vida (primario) o adquirido (secundario), generalizado (global) o situacional (con una pareja específica).

 

Etiología y Diagnóstico de la Aversión al Sexo

Si es de por vida, la aversión al contacto sexual puede deberse a un trauma sexual, como incesto, abusos o violación; o bien ser consecuencia de un ambiente familiar muy represivo, a veces potenciado por una formación religiosa ortodoxa y rígida, o bien haberse iniciado tras unos primeros intentos de coito con dolor. En este último caso, aun después de desaparecer el dolor, permanece el recuerdo .
Cuando se trata de un trastorno de tipo adquirido, con posterioridad a un período de funcionamiento normal, la causa puede tener que ver con la pareja (situacional o interpersonal) o deberse a un trauma o a dispareunia.
La aversión puede generar una respuesta fóbica (incluso de angustia), en cuyo caso pueden estar presentes también temores irreales menos conscientes de dominación o de daño corporal. La aversión sexual situacional puede darse en personas que intentan o esperan tener relaciones incongruentes con su orientación sexual.

Deseo sexual inhibido

Falta de interés en las cuestiones sexuales, hasta tal punto que la persona no busca la gratificación sexual aunque se encuentre disponible y tenga intacta la capacidad física de respuesta sexual. Se caracteriza por pobreza o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual.

Es importante matizar que una falta de deseo sexual por si mismo no es disfuncional a no ser que la persona no acepte este sentimiento. Es decir, sólo se considera un problema cuando no es una opción voluntaria y provoca malestar personal o en la relación de pareja.

Se diferencian:

– Deseo sexual inhibido primario, cuando la falta de interés sexual siempre ha existido en la persona.

– Deseo sexual inhibido secundario, cuando se ha desarrollado con posterioridad y la persona ha experimentado deseo sexual alguna vez.

– Deseo sexual inhibido selectivo, cuando se inhibe la capacidad de desear a una pareja en especial, mientras que el interés sexual se mantiene con otras personas.

 Es común que ante la insistencia de acercamiento íntimo de la pareja la persona empiece a evitar o postergar los encuentros sexuales ayudándose de maniobras distractoras, justificantes y excusas (cansancio, dolores de cabeza, molestias físicas…) ya sean de manera consciente o inconsciente.

En otras personas el rechazo y la inhibición es tan completa que hacen todo lo posible por evitar el contacto, eliminando la sexualidad de su vida cotidiana.

La inhibición del deseo sexual se da tanto en mujeres como en varones, aunque en este último caso es bastante raro.

 

Causas de la ausencia de deseo

Orgánicas – Enfermedades que inhiben el interés por el contacto sexual ya que éste se reduce ante el malestar físico.

– Alteraciones en el nivel hormonal como el hipotiroidismo y el aumento de la prolactina, así como la producción insuficiente de estrógenos y testosterona (más usual durante la menopausia).

– Efectos producidos por el consumo de determinadas sustancias, como fármacos antihipertensivos, psicotropos, antidepresivos, alcohol, opiáceos, etc.

 

Psicológicas

Entre las causas psicológicas se pueden encontrar entre otros estados ansioso y depresivos, bajo nivel de autoestima y problemas con la imagen corporal((dismorfofobia).

El temor a la intimidad y el miedo al fracaso durante las relaciones sexuales también pueden llevar a una persona a decir “no tengo ganas” en vez de “tengo miedo”, sobre todo cuando existe otra disfunción sexual subyacente como la anorgasmia o la disfunción eréctil.

Situaciones de la vida relacionadas con pérdidas laborales, cambios de domicilio, cansancio extremo y estrés, así como un claro episodio precipitante como traumas sexuales anteriores, secuelas de violaciones, embarazos no deseados, depresiones y desengaños amorosos que también pueden ocasionar inhibición del deseo sexual.

En mujeres y varones que han sido intervenidos quirúrgicamente puede darse una vivencia mutilante de la operación (de mama, útero, ovarios, próstata, ligadura de trompas) acompañada de síntomas depresivos y sentimientos de desvalorización que pueden llevar a la disminución del deseo. En las cirugías cardiacas a esto se le une un temor residual al propio funcionamiento de los órganos operados.

La pérdida de interés sexual también puede deberse a discrepancias y crisis en la pareja, a medida que los problemas aumentan el interés sexual suele disminuir e incluso puede usarse como arma dentro de las propias disputas. Hay que hacer referencia al papel que dentro del funcionamiento de una pareja puede tener  la rutina en las conductas y hábitos sexuales que pueden llevar a una disminución del deseo.

 

Dispareunia

Hace referencia a la aparición de dolor durante el coito. Esta alteración puede aparecer al principio de la relación sexual con penetración, durante su desarrollo o al final de la misma.

El dolor en las mujeres aparece en forma de ardor, dolor cortante, quemadura o contracción y puede estar localizado en la zona externa o interna de la vagina, en el fondo de la región pélvica o el abdomen.

En los varones consiste en dolor en la eyaculación, que se puede localizar normalmente en el pene, aunque también puede aparecer dolor en los testículos o en los órganos internos.

La dispareunía puede producir alteraciones en la excitación sexual y en el orgasmo, así como disminuir el deseo y el interés en las relaciones sexuales por el miedo al dolor.

En cuanto a la frecuencia con la que se presenta, es muy variada, puede darse en todas las relaciones coitales, solo en contadas ocasiones o en determinadas posturas.

 

Causas Orgánicas


En la mujer:– Cualquier estado físico que origine escasa lubricación vaginal puede producir molestias durante el coito, en este sentido los principales responsables son los fármacos (antihistamínicos y algunos tranquilizantes) y las drogas que tienen un efecto desecante, como la marihuana y el alcohol.- Enfermedades como la diabetes, infecciones vaginales y estados carenciales de estrógenos.- Afecciones cutáneas alrededor de la entrada vaginal o en la vulva.- Irritación o infección del clítoris.- Afecciones de la entrada vaginal como la formación de cicatrices después de una episiotomía, himen intacto o restos del himen que se estiran durante el coito, infección de las glándulas de Bartolino, etc.

– Enfermedades de la uretra y el ano.

– Enfermedades de la vagina como infecciones, cicatrices quirúrgicas, adelgazamiento de las paredes vaginales (por la edad o por deficiencias de estrógenos), e irritaciones producidas por las sustancias químicas que se encuentran en cremas espermicidas y en los jabones íntimos.

– Enfermedades de la pelvis: infecciones, tumores, anomalías del cuello del útero o del útero y desgarro de ligamentos alrededor del útero.

En el varón:

– Infecciones de la uretra, vesículas seminales, glándula prostática y la vejiga urinaria.

– Espasmos de los músculos perineales debido a una excesiva ansiedad respecto a la eyaculación.

– Desgarros en el frenillo.

– Alergias por contacto con geles, espermicidas o preservativos.

– En raras ocasiones puede producirse dolor e irritación si la punta del pene entra en contacto con la terminación del DIU (la parte del hilo del dispositivo intrauterino que asoma por el cervix al interior de la vagina).

 

Psicológicas:

– Educación sexual inadecuada o mala información.

– Ansiedad ante las relaciones sexuales.

– Falta de excitación sexual.

– Temores o miedos intensos asociados con la penetración.

– Experiencias traumáticas anteriores.

– Problemas de pareja.

– En las mujeres es bastante habitual que una estimulación inadecuada, insuficiente o breve impida la adecuada lubricación vaginal produciéndose así dolor durante la penetración.